El tipo de cambio de la moneda oficial de Kazajistán, el tengué, alcanzó esta semana un mínimo histórico frente al dólar estadounidense, situándose por encima de 512 tengués por dólar, según informó el sitio especializado *iEconomia.com*. Este nuevo récord negativo refleja la creciente presión sobre la divisa kazaja a medida que la economía global enfrenta una serie de desafíos, entre los que destacan la crisis energética, la volatilidad de los mercados financieros internacionales y el impacto residual de la pandemia de COVID-19.
De acuerdo con los datos suministrados, la depreciación del tengué comenzó a intensificarse en los últimos meses debido a una serie de factores internos y externos que vienen afectando a la economía del país euroasiático. Una de las principales razones es la reciente caída en los precios del petróleo, del que Kazajistán depende en gran medida para obtener ingresos fiscales. La caída en las exportaciones del crudo ha reducido el flujo de divisas extranjeras, lo cual ha presionado significativamente sobre el tipo de cambio.
Además, la subida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos ha fortalecido al dólar frente a la mayoría de las monedas emergentes, incluido el tengué. Esto ha incrementado el costo del endeudamiento externo en dólares, dificultando el acceso a financiamiento barato y generando tensiones en los bancos centrales de diversas economías emergentes.
En respuesta a la caída de la moneda, el Banco Nacional de Kazajistán ha intervenido en el mercado de divisas en un intento por estabilizar el valor del tengué. Según informes, la entidad monetaria ha llevado a cabo ventas de reservas internacionales en varias ocasiones durante las últimas semanas, pero las intervenciones no han logrado frenar de manera contundente la depreciación de la divisa.
La situación ha generado preocupación entre los actores económicos locales, ya que una moneda débil puede complicar la situación inflacionaria y reducir el poder adquisitivo de la población en el corto y mediano plazo. Según *iEconomia.com*, la inflación en Kazajistán ya se encuentra en niveles elevados, y la depreciación del tengué solo haría que los precios de los bienes importados aumenten aún más.
Hasta la fecha, las autoridades kazajas no han delineado un plan claro para contener la depreciación de la moneda. Se ha señalado que un posible camino sería intensificar las reformas económicas y diversificar las exportaciones, aunque estas soluciones son de largo plazo y probablemente no muestren efectos inmediatos en el tipo de cambio.
El desempeño negativo del tengué genera interrogantes sobre el futuro económico de Kazajistán en un contexto internacional cada vez más incierto y volátil, donde las economías emergentes enfrentan desafíos tanto internos como externos para mantener la estabilidad financiera.