El precio de la electricidad alcanzará mañana el segundo valor más alto de 2024, tan solo superado por el costo registrado en el día de hoy, según los datos provisionales recogidos por el Operador del Mercado Ibérico de la Energía (OMIE). La subida de los precios energéticos se ha convertido en una preocupación económica para los consumidores y empresas en Argentina, así como en otras partes del mundo, ya que las facturas por abastecimiento eléctrico se encaminan a niveles críticos para muchas familias y pequeñas y medianas empresas (PYMEs).
Hoy, el precio promedio de la luz en el mercado mayorista en España llegará a los 216,74 euros por megavatio hora (MWh), lo que lo sitúa en lo más alto del ranking de precios en lo que va del año. Mañana, sin embargo, esta cifra bajará apenas un 1,04%, a 214,47 euros por MWh, manteniéndose como la segunda jornada más cara para el suministro eléctrico en los primeros dos meses de 2024. Este aumento significativo en las tarifas energéticas destaca una tendencia que ha venido preocupando tanto en Europa como en América Latina en los últimos tiempos: la volatilidad de los precios de la energía.
El impacto de estos aumentos en el costo de la luz también empieza a trasladarse a países con alta dependencia energética del exterior, como Argentina. Aunque el sistema energético argentino tiene características particulares y el país posee grandes recursos energéticos potenciales, las fuerzas económicas globales han comenzado a ejercer presión, afectando tanto el costo de la electricidad, ya sea para consumidores residenciales o industriales, como la disponibilidad del recurso en tiempos de picos de demanda.
El incremento en los precios de la energía llega en un momento crucial para Argentina, donde la inflación sigue siendo una preocupación primordial. Los economistas advierten que los altos costos en servicios esenciales, como la energía eléctrica, pueden tener efectos directos sobre otros sectores de la economía, contribuyendo a aumentar aún más los niveles de inflación. Las empresas, en especial las PYMEs, podrían verse afectadas por los aumentos en los gastos operativos, generando un círculo vicioso en el que los incrementos de precios en los suministros básicos desencadenan mayores precios al consumidor.
A nivel global, las fluctuaciones en los precios de la electricidad están influenciadas por diferentes factores, incluyendo el costo de los insumos energéticos (como el gas y el carbón), las condiciones climáticas, y la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables. A pesar de esto, los consumidores en Argentina permanecen atentos ante cualquier posible ajuste en el esquema tarifario local que podría resultar de estas tendencias globales.
Es probable que el gobierno argentino busque mantener algún tipo de control sobre los precios de la energía en años electorales. Sin embargo, la cuestión subyacente de la competitividad energética y la estabilidad en el costo de los suministros eléctricos sigue siendo una asignatura pendiente para muchos países en el hemisferio sur, incluida Argentina.